Un serio incidente se produjo el último fin de semana con un interno de la cárcel de Batán al que se le había concedido permiso para salir a dar el último adiós a un pariente.
Los familiares de un interno de la cárcel de Batán al que le habían concedido permiso para asistir a un velorio intentaron oponerse a que regrese al penal, pero la eficaz labor de los agentes penitenciarios lo evitaron.
El incidente se produjo el fin de semana pero recién trascendió en las últimas horas, aunque desde el Servicio Penitenciario y el Juzgado de Ejecución evitaron dar precisiones que puedan identificar al recluso.
El preso posee dos causas por homicidio con más de diez años de condena por cumplir pero como la pena no está firme no se encuentra detenido en la Unidad Penal Nº15.
Según pudo saberse, el interno no sólo se mostró en desacuerdo con sus mismos familiares sino que al reingresar al penal pidió hablar con las autoridades para extender sus disculpas.
De acuerdo a la información a la que tuvo acceso LA CAPITAL, los hechos se registraron cuando el interno, alojado en la Alcaidía Penitenciaria (Unidad N°44), recibió el beneficio para concurrir al velatorio de un familiar.
A partir de ese momento se dispuso el protocolo encabezado por el grupo que hace los traslados de los internos. El complejo penitenciario Zona Este tiene una unidad operativa de traslado conformada por miembros especialmente entrenados para este propósito. La labor se coordina con el GIE (Grupo de Intervención ante Emergencia) y la comisaría de jurisdicción para que entre los tres se haga un triángulo de apoyo. Desde el penal de Batán van al velatorio, permanecen y luego regresan.
Durante el hecho siempre el personal penitenciario ingresa junto al preso a la sala velatoria y se lo tiene en custodia en todo momento. Si el juzgado da autorización, se le puede sacar las esposas, pero casi nunca esto sucede. Luego el preso ve al fallecido, se saluda con sus familiares y se inicia el retorno una vez cumplido el horario asignado.
En este caso, cuando los agentes penitenciarios anunciaron que ya se había agotado el tiempo, varios familiares comenzaron a discutir. Querían, en principio, que lo dejaran una hora más y luego, ante la negativa, que no volviera a Batán. Para ello atacaron a los penitenciarios y pretendieron robarle el arma reglamentaria, pero los agentes desplegaron las acciones de evacuación inmediata del recluso.
De inmediato los penitenciarios salieron del lugar, subieron al móvil y dejaron atrás a los enardecidos parientes, en particular el padre del preso.
“No fue un intento de rescate, sino un desborde de los familiares que pudo haber terminado realmente mal”, confió a LA CAPITAL una fuente del Servicio Penitenciario.
El interno posee registros de buena conducta y pidió disculpas por lo que había ocurrido con los familiares. Actualmente se aloja en un pabellón católico y no es generador de incidentes ni infracciones internas.